T

T

viernes, julio 17

Seca apariencia

Cada vez que el pensamiento tóxico retoma su lugar de nacimiento, lo hace como si se tratara de una laguna extinta a simple vista. Pero cuando comienza a llover, de poco a poco, cada día, se van acumulando charcos hasta que al fin se desborda. Y luego, viene una épica tormenta y termina lo que el hueco ha dejado sin final. Una profundidad tenebrosa y una espesura extraña. Jamás cristalina.
Así pasó.
Dije cosas de las que me arrepiento. Que las escucharon las personas equivocadas. Porque levantaron a cubetadas esa agua. La bebían y la escupían como agua ardiente en una limpia.
Hice cosas y me contradije. Es un hábito que estoy trabajando para cambiar. Si no me cuerdo, no pasó, según yo. Los nervios me toman por sorpresa y sé que hay evidencias de lo que ha pasado.
Pretendo sobornar a quien me ha oído con excusas patéticas. Juro que es la última. Por favor no se vayan a ir.