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domingo, junio 3

Jueves en la noche

Nos miramos como quien se ve al espejo. Nos dimos cuenta de cuánto polvo habitaba en nuestras mentes y tratamos de sacudirlo hacia el viento. Encontré en su abrazo sincero la ayuda que busco para sentirme lejos y fuera de la idea que me invade. De esa idea de querer morir.
Nos encontramos en la lejanía de la ciudad y recorrimos todo el concreto que se forma en contorno.
Tocamos con nuestras yemas lo grisáceo que carcome la vida inexistente y absurda.
Controlamos miradas y apreciamos el contorno de nuestros labios.
Me aferré de nuevo a aquella idea negra de esperar un poco de amor. Ese amor que te he perdido y quiero recuperar en otra persona.
Nos transformamos en cenizas, pegadas al cristal y empañando nuestros rostros, derritiéndonos con el pasto y este alimentándose con el frío de nuestro sudor. Buscando una respuesta. Falsa o verdadera, no importa cual, pues no nos daríamos cuenta de la diferencia.
Opacando nuestra voz, descociendo los hilos que tratan de pararnos. Rechazando a todo aquel que nos pueda perjudicar e herir. A los tantos besos que jamás podrán ser dados.