Sentir la embriagante sensación de tu piel rozando mi piel, o la violenta felicidad que siento después de cada encuentro no se compara con el vacío inexplicable que se refleja en tus ojos cuando me miras. Sólo yo oigo la música que suena cuando mueves tus labios, cuando caminas, cuando hablas. La radiante superficialidad del modo en que vez las cosas y la espeluznante forma en que haces mis pensamientos realidad me llena de tentación al imaginar cómo será todo después de aquellos minutos de sentimientos encontrados. No le digas a nadie cuantas veces te lo dije, no cuentas las maneras en que lo hice, olvida como nos sentíamos; tan grandes, pero con pánico. Mira al cielo y dime una mentira, que sea la señal de que volverá suceder cuando aquellos destellos se asienten en tu recuerdo. Miente, grita, adivina y busca entre todas mis ideas, y deja de lado tu punto de vista, conviértelo en uno nuevo. Viaja en mi mano y sugiéreme decir palabras al aire, oye mis indirectas, entiende mis bromas, sacude el nerviosismo que empaña mis ojos, derríteme con la velocidad de tu aliento, innovemos nuestros pasos a una nueva llegada, dirijamos nuestras vistas a otro sitio, y alcancemos lo que llegamos a soñar, por que contigo no existe ningún limite, reafirma mi capacidad de hacerte volar. Tiembla, sonríe, disimula, por qué todos se pueden dar cuenta de cuanto es que nos divertimos, arriesgando esta idea con nombre erróneo, atrapa mis suspiros y acaricia mi sueño escondido en tus pretextos, los que creo sin ningún argumento verdadero. Invoca al silencio y abrázame hasta que me desvanezca con el tiempo. La controversia es tu lema.
Miércoles 19 de Noviembre de 2008