Aún no puedo creer que tu mirada recorriera mi vergüenza en un instante. Mi arrepentimiento salió de mi boca y manchó mis zapatos, provocándome un gran vacío en mi mente, en mis sentimientos. ¿Cuantas palabras salen del humo que exhalas? No las puedo oír, pero las puedo ver, y me pegan con la misma fuerza que usas para que las risas no halaguen mis acciones. Si las luces bicolores pudieran atravesar mi comportamiento y su entrenamiento acabara con mis ideas, tal vez seria lo que mejor que me pase; pero si te aplicaran el mismo procedimiento, si caminaras por donde yo pasé, si probaras tu amargura, estoy segura de que entenderías como es que se siente. El cansancio de mis parpados sólo evitan que siga viendo lo que me lastima, me pongo millones de pretextos y estoy dispuesta a aprender de la moral que crees tener, la que puede ser mi salvación.
¿Observaste como caía mi miedo desde mis ojos? me di cuenta que te distrajiste con su falda. Ahora escucho las mismas canciones, que no me deja de reclamar como es que pude caer en un fondo que no tiene otra salida mas que dejar que todo pase naturalmente, por que si vuelvo a caer, la solución siempre será la misma, para mi, y para todos los que tratan de inventar más excusas para calmar las lluvias que ahora cae en mi piel, dejándome dolor y frió.
¿De que otra manera piensas enseñarme? No pensemos, por que sólo hay una respuesta; y lo único que puedo percibir aquí es tu insultante silencio tu ausencia y el aire que dejaste de respirar. Puedo ver que te agotas y espero tu caída. Pienso que la casualidad tiene algo para mi, y que el lugar al que voy sea solo para alejarme de lo que me quita el sueño. Seguiré el eco de tu voz, contaré hasta diez y rogaré por que creas las palabras que escupo, las que solo me hunden más.
Intimídame con el sabor del ruido al que tú llamas música, por que sabes que yo lo sé. Mis brazos sólo quieren rodear tu estupidez, a cambio de mi paz. Piensas conocerme, cuando en realidad ni yo sé quién soy.
¿Observaste como caía mi miedo desde mis ojos? me di cuenta que te distrajiste con su falda. Ahora escucho las mismas canciones, que no me deja de reclamar como es que pude caer en un fondo que no tiene otra salida mas que dejar que todo pase naturalmente, por que si vuelvo a caer, la solución siempre será la misma, para mi, y para todos los que tratan de inventar más excusas para calmar las lluvias que ahora cae en mi piel, dejándome dolor y frió.
¿De que otra manera piensas enseñarme? No pensemos, por que sólo hay una respuesta; y lo único que puedo percibir aquí es tu insultante silencio tu ausencia y el aire que dejaste de respirar. Puedo ver que te agotas y espero tu caída. Pienso que la casualidad tiene algo para mi, y que el lugar al que voy sea solo para alejarme de lo que me quita el sueño. Seguiré el eco de tu voz, contaré hasta diez y rogaré por que creas las palabras que escupo, las que solo me hunden más.
Intimídame con el sabor del ruido al que tú llamas música, por que sabes que yo lo sé. Mis brazos sólo quieren rodear tu estupidez, a cambio de mi paz. Piensas conocerme, cuando en realidad ni yo sé quién soy.
Martes 9 de Diciembre de 2008