Corrí para llorar en tus brazos, quería desahogarme porque no pude encontrar a mi otro amor, y sé que tú eres el restante. El que me queda.
Quise llenarme de tu ahora y que acariciaras mi barriga como en todos esos sueños que he tenido.
Esta cosa que se está muriendo dentro de mí, toma más veneno mi amor, que yo me moriré contigo y provocaré la tristeza de todo aquél que me amó a base de mentiras.
Y mi alma vendrá a quedarse en cada acto que nunca sobrellevé a la materialización ni al sexo que quizá me hubiese pedido anteriormente.
Bajo mi corazón y junto a mi hígado, una pequeña maldición se está encarnando en lo más profundo de mi y me hace llorar todos los domingos.