T

T

martes, julio 17

Un extraño presentimiento le vino a robar el sueño del que ya hacía profundo. Con los puños se masajeaba los ojos mientras buscaba las pantuflas con los pies desnudos sin mirar. Se levantó como de costumbre hacia la ventana y recordó esa ves que despertó a su lado. Con aliento alcohólico y muchos nudos en su cabello.
Bajó con cuidado las escaleras, pero con un cierto tipo de velocidad. Le dio de comer a su mascota y esta le dio los buenos días como de costumbre. Bajo la puerta había un sobre, al momento de ver la hechura supo de quién era, y la colocó junto a una maceta. No la abrió, no estaba seguro de leerla, ni siquiera existía una posibilidad de que pudiera contestarla. Jamás.
Le temblaban los dedos y prefirió guardarla bajo el periódico, que, también estaba a un lado de la maceta.